La revolución del CBD

En uno de mis artículos en la revista CÁÑAMO hace 5 años, hablaba sobre si se puede vivir del cultivo de cáñamo (cannabis sativa). Entonces se empezaba a hablar de la molécula del CBD (cannabidiol), la prima hermana del THC (tetrahidrocannabinol), pero que a diferencia de ésta no tiene propiedades psicotrópicas. Hoy los preparados de CBD son ya una realidad y han convertido a esta planta en principal foco de atención, no por su fibra ni por sus cañamones, sino por el gran potencial que tiene en la industria farmacéutica.

A continuación cito una parte de mi artículo. En retrospectiva, puedo decir que muchas empresas ya están escribiendo el futuro que se auguraba en mi artículo. Si antes se podía vivir de cáñamo, ahora también pero aún mejor.

Algunos precursores del uso del cannabis como medicina.

En el año 550 a.C. aparece el cáñamo como la primera referencia en un texto sagrado (Zend-Avesta) que recoge más de 10.000 plantas medicinales.

En 1.839, una revista médica norteamericana publica el primer artículo sobre los efectos beneficiosos del cannabis.

En 1.857, los hermanos Smith, en Edinburgo, empiezan a comercializar un extracto de cannabis.

Aparece en 1.860 un estudio oficial sobre cannabis y salud, promovido por la sociedad médica del estado de Ohio.

En 1.870, el cannabis puede encontrarse en los listados de la farmacopea americana como una medicina más. Más adelante, en 1.941, sería suprimido de dicho registro.

En el penúltimo siglo del anterior milenio, el médico personal de la Reina Victoria de Inglaterra, Sir Russel Reynolds, le receta cannabis para sus problemas menstruales. Él mismo reconoce, por escrito, que el cannabis en estado puro y administrado cuidadosamente, es la medicina más preciada que nos ofrece la naturaleza.

Es una lástima que los hechos cronológicos que siguen, ya en el siglo pasado, sean toda una batalla para desprestigiar y prohibir al cáñamo cuando desde la antigüedad había sido una planta noble al servicio de la humanidad. Pequeños avances se están dando en el nuevo milenio. Y algo mejor está por llegar. Empezó con la cultura del cáñamo como fabuloso complemento nutricional, bueno para nuestra salud, bajando los niveles de colesterol y reforzando nuestro sistema inmunológico pero la verdadera revolución del cáñamo está en su aplicación en la industria farmacéutica. Quizá lo que no consiguió en su día un hombre de poder como Henry Ford,  con su coche de cáñamo, lo consiga en nuestra era uno de los lobbies que más poder tienen en nuestra sociedad política, la industria farmacéutica.

Papel hecho con cáñamo

Si no contamos al papiro como papel, podríamos decir que el papel hecho con cáñamo es el precursor de todos los otros papeles que han ido surgiendo a lo largo de la historia.

Los chinos implementaron los principios de su proceso de fabricación en el año 105 D.C., cuyo know-how se guardó celosamente hasta que se fue extendiendo paulatinamente al resto del mundo. Ts’ai Lun, consejero del emperador Ho Ti, preparó una mezcla de cáñamo, seda, cortezas de árbol, redes viejas de pescar y agua hirviendo, con la que obtuvo una pasta que, una vez dispersada en agua hasta diluirla, secó entre dos planchas presionadas por piedras, formando una hoja de papel. Así fue como el cáñamo pasó a ser la planta más solicitada para la extracción de su celulosa en la fabricación del papel: múltiples enlaces por puentes de hidrógeno entre moléculas de celulosa que se han unido al eliminar el agua de la matriz entretejida de fibras.

Uno de los indicadores del poder económico de un país es el consumo por cápita en papel. El papel ha estado presente en nuestras vidas desde tiempos remotos y lo continuará estando puesto que las aplicaciones del papel son múltiples aunque cuando hablemos de papel solo nos venga a la cabeza el papel de impresión ya que es el tipo de papel con el que quizás tengamos más contacto, por no hablar del papel higiénico.

Se puede fabricar papel a partir de cualquier planta, arbusto o árbol porque todos tienen algo en común: la molécula de celulosa o polímero de n-hexosas. Incluso hay algunos países como la India que llegan a aprovechar las defecaciones de los elefantes para

recuperar los restos de celulosa contenida en esas enormes deposiciones. El estómago del elefante hace las funciones de un digestor.

De qué depende pues que se escoja una fuente de materia prima u otra; lógicamente de su rendimiento, puesto que los parámetros de viabilidad se miden por la econometría, nos interesarán más todas aquellas plantas o árboles con la mayor proporción de celulosa posible. Una de las ventajas que tiene el cáñamo sobre la madera es su mayor contenido en celulosa.

Otro punto importante es la morfología de cada fibra, que difiere de una planta a otra, incluso varía con la posición que ocupa en el tallo. No tienen la misma forma las fibras que se encuentran en la parte más alta que aquellas que forman la base.

La morfología se mide por unos parámetros físicos de longitud, diámetro, finura, achatamiento, … Si tenemos en cuenta que las fibras son pequeños cilindros vacíos por dentro, entonces la geometría de cada uno de estos cilindros es lo que le va a conferir las propiedades finales al papel al que va destinado. Y la peculiar forma que adquieren las fibras depende de factores como el clima, el tipo de suelo, la radiación solar, la variedad de semilla, … Así pues, una misma planta que crezca en dos zonas geográficas distintas puede dar propiedades ligeramente diferentes al papel. Si a esto le sumamos la variabilidad interanual de los cultivos rotativos propia de la naturaleza, acumulamos variables que luego el papelero se encargará de uniformizar a través de su proceso industrial.

Así pues, uno puede deducir después de lo comentado que las fibras de cáñamo no se parecen en nada a las de madera en cuanto a su morfología por lo que las hace especiales, no solo por su mayor rendimiento en celulosa, sino  por estas propiedades que confieren a toda una gama de variados papeles.

Más información en la revista cáñamo (www.canamo.net), nº 176, páginas 68 a 70 y nº 177, páginas 62 a 64. Artículo del mismo autor, bajo el pseudónimo ‘Hanffy Pro’.

Un papel sostenible muy curioso

En unos de mis viajes a la India para prospectar proveedores de fibra de yute, supe sobre una curiosidad que en aquel momento no dejaba de ser eso, … una curiosidad.

Pero resulta que ahora, al cabo de unos años, me he enterado que existe una propuesta en firme cuya iniciativa proviene nada más ni nada menos que de EEUU: ‘Estiércol de elefante para crear papel sostenible’ (Fuente: @Aspapel). Esta es una de las propuestas que la sociedad química estadounidense presentó en su última convocatoria anual. Suena a chiste, pero no lo es. De hecho, si lo analizamos bien, tiene toda su lógica. Los colmillos y dientes del elefante actuarían como una rasgadora y trituradora de fibras vegetales. El estómago sería el digestor que produciría una pasta celulósica en medio ácido bajo una acción enzimática, un proceso muy selectivo, y también caro si tuviéramos que comprar las enzimas. Esto provocaría la degradación de la celulosa en nanocelulosa. Y el gran intestino grueso, que emularía a un depósito de homogeneización. Solo haría falta organizar la logística para ir recogiendo las generosas deposiciones que los animales dejarían por la sabana. Este proceso sería igualmente válido para las vacas y rumiantes en general, generando pues una fuente de suministro alternativa en zonas áridas donde no abundan los árboles.

Habría que acabar el proceso, claro está, utilizando unos potentes blanqueantes y proceder a una buena depuración, pero cerraríamos un ciclo biológico y ahorraríamos en consumo de energía y productos químicos, generando un papel sostenible.

En cuanto a los productos finales, se piensa que tanto podrían ser para papeles de escritura, como para filtros de plantas depuradoras de agua, así como materiales de refuerzo en composites.

Esto sí que es un buen ejemplo de economía circular.

Cáñamo. Del campo a la fábrica.

Las manos que cultivan el cáñamo no son manos cualesquiera sino manos curtidas por el paso del tiempo de un viejo oficio ya olvidado por la sociedad industrializada, aunque una sigue dependiendo de la otra.

Hoy, el agricultor también se ha modernizado, utilizando novedosas tecnologías al alcance de sus manos, más que de sus bolsillos, manos pero que no dejan de simbolizar el arduo trabajo e indómita constancia y perseverancia que da sus frutos una vez al año cuando los campos florecen y los tallos crecen altivos mirando desde su altura a todos los demás cultivos.

Siempre he pensado, viendo a los cañameros, que su oficio más que un trabajo es pura vocación y que quien haya plantado cáñamo industrial alguna vez, continuará haciéndolo en mayor o menor extensión, pero que en definitiva el cáñamo no se abandona, sino que se vive.

Operaciones en el Campo.

Siembra.

Cada año entre marzo y abril se siembra el cáñamo. Pero la labor de planificación se empieza al final de la anterior cosecha, es decir en agosto. Puesto que siempre hay otros cultivos que compiten con el cáñamo y hay que tener muy claro con que superficie se podrá contar para programar al detalle los recursos necesarios en las grandes agramadoras.

Una de las ventajas que preserva al cáñamo es que es un cultivo rotativo, útil para la regeneración de los suelos.

A unos 2 o 3 centímetros de profundidad y de 35 a 80 Kg/ha de semilla son necesarios para obtener una buena densidad de población, según el tipo de terreno y variedad de semilla.

Crecimiento.

La floración marca el final del crecimiento hacia finales de agosto normalmente. Llegando hasta 3 y 4 metros de altura en algunas variedades, momento en el que se empiezan a preparar las máquinas cortadoras, muchas de ellas desarrolladas expresamente tan solo para este cultivo.

Dependiendo del tamaño del tallo se pueden dar productividades que oscilan entre las 8 y las 10 toneladas por hectárea en climas húmedos.

A diferencia de otros cultivos, el cáñamo no necesita de fertilizantes ni abonos especiales puesto que es un cultivo bastante resistente y adaptable. Pero es importante un nivel de lluvias adecuado, correspondiente a unos 30 o 50 mm por tonelada de materia seca, y unas temperaturas que oscilen entre los 19 y 25 ºC para un correcto crecimiento vegetativo de las plantas.

Cosecha.

Antiguamente las máquinas arrancaban la planta de raíz, al igual como se sigue aún haciendo para el lino. No obstante en el caso del cáñamo las máquinas tradicionales han sido adaptadas para el sistema de corte, dejando mejor preparada la paja para el posterior procesado en la agramadora, la fábrica donde se extrae la fibra. Ha sido necesario desarrollar varios prototipos antes no se ha llegado a la solución óptima. Uno de los principales problemas era el atasco en los mecanismos de la cortadora por tratarse de fibras muy largas.

Actualmente existen dos modelos diferenciados: el modelo alemán y el francés.

En el caso del alemán, está pensado para poder recoger las semillas a la vez que se corta la planta en la misma operación y se deja a un corte de unos 60 cm. para facilitar la fase de ensilado y posterior enriado. En cambio, el modelo francés lo hace en dos operaciones separadas y el corte posterior es de una sola vez dejando todo el tallo en el suelo para el enriado y embalado.

La diferencia entre los dos modelos se debe a los diferentes procesos en el agramado que siguen cada uno. El ensilado genera un alto calor debido a la aglutinación de la paja en el silo y debe controlarse constantemente pues puede llegar a generar autocombustión.

Enrriado.

La naturaleza se encarga de realizar uno de los pasos más importantes para que la extracción de las fibras se desarrolle sin problemas. Se trata de la destrucción primaria de las pectinas y materiales orgánicos que mantienen pegadas las fibras de celulosa con la lignina cuya función básica es la de sostén de la planta.

En el pasado, cuando teníamos más abundancia de agua, el enriado se realizaba dentro de las pozas de los ríos y lagunas y era mucho más rápido que en la actualidad que se realiza al punto de rocío. Se deja durante unas dos semanas, dependiendo de las lluvias, en el campo para que el rocío de la mañana junto con el calor actúen, destruyendo dichas pectinas al mismo tiempo que va cambiando el color de la paja. Y este es el indicador de que la paja está ya lista para ser embalada. Cuando el color ha pasado de amarillo a gris es el momento de la confección de balas, que pueden ser cuadradas o redondas dependiendo del tipo de máquina, y que se enviarán luego a la estación transformadora.

En el caso del ensilado, no hace falta confeccionar balas. Se ahorran este paso puesto que la paja es transportada a granel al proceso productivo.

Existen técnicas novedosas de enriado pero muy caras como el enriado enzimático y que en la práctica no se llegan a aplicar salvo en casos excepcionales donde se necesite una muy alta calidad de fibra para aplicaciones textiles. Consiste en destruir las pectinas mediante enzimas y encarece mucho el proceso de extracción.

Más información en la revista cáñamo (www.canamo.net), nº 180, páginas 56 a 60. Artículo del mismo autor, bajo el pseudónimo ‘Hanffy Pro’.

Cáñamo Industrial: El Porcino de los Cultivos III

V.-) Sus Aplicaciones.

Empezaremos por las utilizaciones de la reina de los componentes de la planta, es decir la fibra. Como hemos nombrado anteriormente las aplicaciones más ancestrales han servido para vestir al ser humano, sobre todo en los climas templados donde junto con la lana constituían un gran comercio; y copiando la tradicional y artesanal técnica de los chinos, en este caso fuimos nosotros quienes les plagiamos, para la confección del papel.

Actualmente pero es muy poca la fibra que se utiliza para fabricar hilo textil puesto que otros competidores como el lino y el algodón han desbancado casi del todo al cáñamo.

En el caso del papel, no obstante, ha quedado un pequeño reducto donde dicha fibra ha encontrado su particular nicho de mercado siendo durante muchos años la única y exclusiva aplicación de la fibra. Los principales usos papeleros son: el papel de cigarrillo, los libritos de papel de fumar, papel Biblia y de diccionario que por el bajo gramaje de la hoja, necesita una buena opacidad la cual le confiere el cáñamo, papeles de impresión de alta gama en general y algunas aplicaciones muy concretas en filtraje industrial de bebidas.

En nuestro milenio se han desarrollado una serie de nuevas aplicaciones que le han dado fuelle a la industria, con un renacer de nuevas empresas que han surgido a raíz de esta nueva demanda que aporta valor añadido a la fibra por ser productos caros y que tienen muchas ventajas respecto a los tradicionales cuando se utiliza la fibra de cáñamo para sustituir a las fibras sintéticas. Estamos hablando de los materiales compuestos, cuyo término anglosajón, ‘composites’ quizás hayamos oído alguna vez. Y básicamente en dos sectores: tiene su debut el sector automovilístico para expandirse después hacia el sector de la construcción.

Hay dos tipos de procesos para la fabricación de los ‘composites’: la conformación de termoplásticos y la inyección. En el primer proceso se fabrica un fieltro o especie de lana, también llamado tejido no tejido, que luego se comprime y por acción de unas colas sintéticas o naturales y fibras de polipropileno, con el uso de la temperatura y compresión quedan todas las fibras entrelazadas y bien ligadas. Se produce lo que se conoce como la lana de cáñamo que va desde su utilización en los coches para el interior de las puertas, la confección de las bandejas en los portaequipajes, las alfombrillas o cada vez más usada en la construcción para el relleno de espacios entre paredes exteriores e interiores, tejados o suelos flotantes donde al mismo tiempo que se logra una buena insonorización acústica también se consigue un óptimo factor de aislamiento térmico con el consecuente ahorro en calefacción. Otra de las aplicaciones de dichas lanas y más antigua ha sido la del campo de los geo-textiles. Dependiendo de la trama con la que ha sido tricotado este fieltro tiene uno u otro uso llegando incluso algunas técnicas a incorporar las semillas de las plantas en la matriz del no-tejido para la estabilización de pendientes, sobretodo en autopistas y carreteras, donde más tarde crecerán las flores que lleva en la memoria el geo-textil fabricado el cual acabará degradándose dando paso a la belleza que alberga.

La segunda técnica, la de moldeo por inyección, no tan desarrollada aún, consiste en producir granza de fibra cortada a muy pocos milímetros, junto con polipropileno o polietileno. Estos pellets luego alimentarán una extrusora y se podrá moldear la pieza al antojo del fabricante. Las ventajas radican en que se pueden fabricar piezas de mayor complejidad y resistencia tanto al impacto como al desgarro. Aunque el lino le lleva algo de ventaja al cáñamo en este sentido, teniendo ya la primera raqueta de tenis o la primera bicicleta hecha con lino, el cáñamo le sigue los pasos y hay ya muchas iniciativas que acabarán encontrando su estabilidad en muchos productos finales. Desde maletines de viaje más livianos, urnas mortuorias para las cenizas, y un sinfín de múltiples aplicaciones sobretodo en el deporte, como veleros para regatas que puedan navegar a más velocidad, al pesar menos el casco o coches de carreras donde el factor peso es crucial para ganar unas décimas de segundo.

La cañamiza, tal como explicábamos al principio del artículo, es crucial para la buena marcha del resto de los componentes. Puesto que representa el 50% en peso del total de la paja seca, sino se hubiera encontrado una buena aplicación probablemente hoy el cáñamo industrial ya habría caído en el olvido. Por lo tanto esta sinergia entre los diferentes componentes del cáñamo es esencial para mantener esta cohesión que da lugar a infinidad de aplicaciones en diferentes sectores.

El uso tradicional de la cañamiza hasta no hace mucho ha sido el de combustible para alimentar las calderas de las fábricas agramadoras, pero que aportando poco valor a la cadena pronto se substituyó por otros más lucrativos.

Lo que destaca más de la cañamiza es su gran poder de absorción, más que la paja del lino o el serrín de madera. Lo que la ha convertido en la estrella de los establos, sobre todo en países donde los caballos son muy estimados.  Si un kilo de serrín puede llegar a absorber hasta 2,4 litros de agua y otro de paja de lino, 2,6 litros, la cañamiza les supera a los dos hasta llegar a los 3,7 litros de agua por kilo de cañamiza. Con un correcto modo de empleo y asesorando bien a los mozos de cuadras, aunque sea un producto más caro al final deriva en un menor consumo y mayor calidad para el equino puesto que no desprende tanto polvillo como la de otras fibras, no afectando a las vías respiratorias del animal. Y para que no se la coma el caballo, se adiciona mentol en la cañamiza lo que al mismo tiempo produce una sensación de olor agradable y fresco para quienes trabajan en las hípicas o vaquerías. A raíz del éxito que ha tenido este producto, sobretodo en Francia e Inglaterra, para los lechos de los establos, en este último país también los caballos de la realeza se benefician. Se explotó también este mercado para los pequeños animales domésticos, siendo Francia pionero por ser un país con uno de los ratios más altos de animal de compañía por habitante. Aparecieron formatos más pequeños, sacos de hasta 5 Kg. en lugar de los de 25 Kg., para hámsteres, cobayas, conejos y gatos. Veremos más adelante que también el polvo del cáñamo puede servir a tal efecto.

También presente en los materiales para la construcción como por ejemplo en la fabricación de tableros de aglomerado, mezclas en telas asfálticas aislantes, relleno de espacios vacíos, fabricación de bloques, enlucidos de tabiques, …

Lo que hasta hace poco era un auténtico quebradero de cabeza para todos los fabricantes de fibras y acababan desechándolo en los campos acumulando castillos de arena, pronto acabaría también encontrando su particular nicho, desligándolo así de toda normativa medioambiental y tratamiento con coste a una salida que aunque barata, al menos no se tenía que pagar por ella. Estamos hablando del polvo, que aunque es el componente de menor porcentaje ocupa grandes volúmenes y semanalmente salen camiones a granel de gran cubicaje de las agramadoras.

El polvo está compuesto de pequeñas partículas orgánicas y minerales al mismo tiempo que algunas microfibras. Muchas de las pequeñas piedras de los terrenos calcáreos que se quedan entre la paja al recogerla del campo, acaban siendo trituradas por los potentes quebradores que rompen la paja y que permitirá la correcta separación de la fibra. Las piedras más grandes son separadas por gravedad. Pero las pequeñas y algunas de tamaño mediano, ya molidas, acaban junto con el polvo en los almacenes a granel. Por su composición química e interesante flora bacteriana, uno de los principales usos que se le ha dado al polvo es como enriquecedor de suelos para la horticultura o la viticultura.

Otras aplicaciones se basan en lechos de animales, como comentábamos para el anterior componente, por el gran poder de absorción que también tiene, o como combustible por el gran poder calorífico, PCI: 2.888 cal/g. En ambos casos, se fabrican unas briquetas o gránulos que hacen viable su empaquetado y transporte. Vendiéndose también a granel, sobre todo para lechos de vaquerías.

Uno de los usos más novedosos es como auxiliar técnico en el tratamiento de residuos en estaciones depuradas de aguas residuales. En concreto para la fabricación de compostaje con una gran aportación de humus que activa la vida orgánica.

Por último, las semillas cuyo uso principal es el de la propagación de la especie pero que por sus particulares propiedades nutritivas ha encontrado su parcela dentro del mundo de la alimentación no solo humana sino también para aves como canarios y periquitos y los pequeños peces de colores de nuestros acuarios. El contenido en aceites esenciales tipo omega 3 y omega 6, le confiere importantes propiedades para la salud sobretodo como antioxidantes frenando los procesos de envejecimiento del consumidor habitual.

No tan solo en la alimentación se ha asentado el mundo de las semillas sino en un sinfín de otras aplicaciones encaminadas al bienestar de las personas, como champús, jabones, bases de cosmética, sales de baño, aceites, …

Aunque la aplicación revolucionaria en los últimos tiempos está siendo la extracción de CBD (molécula de canabidiol) de las flores, extractos que se utilizan para fines medicinales. Pero este tema daría para escribir un artículo entero, así que lo dejaremos para más adelante.

 VI.-) Conclusiones.

Como hemos podido leer en este artículo, el cáñamo tiene múltiples aplicaciones y más, seguramente por descubrir. Por eso le he dado este título al escrito: ‘Cáñamo Industrial. El Porcino de los Cultivos’, pues pocos otros cultivos existen en que se aproveche la totalidad de sus componentes, quizás el algodón sea uno de esos pocos pero a diferencia de éste, el cáñamo aún conserva los tradicionales métodos de cultivo, respetuosos con el medio ambiente cuando el algodón ha sido manipulado genéticamente para mejorar las producciones y promovido el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes para combatir las plagas junto con el desgaste de vastas extensiones de suelo en los cinco continentes.

Aprovechando pues que lo verde está de moda y que las pautas futuras que marcarán el crecimiento de las empresas se basarán en un modelo de desarrollo sostenible, deberíamos apostar por el cultivo del cáñamo, sobretodo en un país como el nuestro, en el que el cáñamo ha formado parte de la historia, cultura y tradiciones de diferentes pueblos de España.

Más información en la revista cáñamo (www.canamo.net), nº 174, páginas 68 a 70. Artículo del mismo autor, bajo el pseudónimo ‘Hanffy Pro’.