
Hace tiempo que miro mi blog y me da pena pues la falta de creatividad brilla por su ausencia, será que las musas ya no me inspiran, será por falta de tiempo, será por mil cosas pero es. El caso es que cayó en mis manos por ‘causalidad’ una bella iniciativa por parte de Álex Rovira y Francesc Miralles y me embarqué en la aventura, se llama el Club de la Escritura, la Ecuela Humanista Digital de Álex Rovira donde repasando diferentes géneros literarios de la mano de reconocidos profesionales te dan trucos y píldoras inspiracionales para que vuelvas a coger el hábito.
Una de las técnicas es hacerte preguntas simples a partir de las que vas desarrollando historias ya sean de autoficción, crecimiento personal, narrativa del cuento, en fin y muchas más por venir. Cada mes una sesión de escritores.
He decidido ir publicando mis tareas en mi blog porque también es una forma de ir compartiendo con vosotros, mis lectores, lo que puede ser el inicio de un nuevo proyecto. Ideas no me faltan, …tiempo ya es otra cosa diferente.
En el primer contenido se habló sobre escritura espiritual y desarrollo personal. Dejo aquí abajo mi post:
¿Cuál es la mejor enseñanza que has recibido en tu vida?
El objetivo inalcanzable, el burro y la zanahoria, el anhelo, el ya y ahora, la envidia aunque sea sana, el buscar fuera de mi, el leer pero no actuar, el pensar pero no escribir, el procrastinar, el es cuestión de suerte y muchas más que podría citar …
Tarde o temprano acabas descubriendo que el objetivo no es el destino sino el camino, que el Universo está dentro de ti y que en las pequeñas cosas está la alegría de vivir. La búsqueda eterna de la felicidad es una cruzada imposible al igual que lo es la búsqueda del Santo Grial. De hecho la felicidad ha estado siempre dentro de ti pero tu no lo sabías y solo cuando te has reconectado con tu niño interior, él te ha dado la clave de la felicidad.
Que es pues la felicidad?. A mi entender lo podríamos resumir de la siguiente forma:
F de Fuerza
E de Energía
L de Libertad
I de Intuición
C de Conocimiento
I de Ilusión
D de Dulzura
A de Ayuda
D de Deidad
Esta última, la Deidad, sería la última puerta que hay que abrir y cruzar, la del Ser Superior. Esta es la revelación que me ha hecho saber mi ser más íntimo, mi niño interior.